Realizarse una limpieza de cutis regularemente es fundamental para ayudar a que se vea sana tu piel. Una limpieza profunda incluye: Exfoliación, peeling, extracción de comedones y máscara de hidratación que sella la piel.
Depende de la afección del paciente
1 o 2 veces por semana
Sesión de 60 min
No
La limpieza que se realiza a la piel del rostro, lo cual corrige la dilatación de los poros, eliminan los puntos negro y demás impurezas. Esto permite la renovación de las células, así la piel adquiere un aspecto más rejuvenecido, terso y lozano, otorgandole salud desde lo profundo y eliminando la grasa.
Adicionalmente, el calor de ultrasonido acelera la circulación sanguínea que ayuda a una mayor eliminación de toxinas, relaja los músculos, aumenta la producción de colágeno y la regeneración celular, obteniendo así una piel más tersa, revitalizada y radiante .
Ocurre sin embargo que en el proceso de envejecimiento su presencia en el organismo disminuye progresivamente y, como consecuencia, la piel pierde hidratación, elasticidad y firmeza, tornándose más fláccida y favoreciendo la aparición de arrugas.
Los cuidados diarios, entre los que se incluye la limpieza, sirven para eliminar el maquillaje y la suciedad, mejorar el aspecto de un rostro cansado y preparar la piel para recibir los productos de belleza.
La limpieza facial profunda es una técnica específica que se realiza en centros de estética para mejorar la salud y la apariencia del cutis.
Este tratamiento elimina los puntos negros y las células muertas, con lo que se consigue que la piel respire y absorba mejor los tratamientos cosméticos o de medicina estética.
La limpieza facial profunda utiliza productos y técnicas especializadas que consiguen que la piel respire de nuevo y que las células se regeneren más rápidamente.
Estos cuidados estimulan la producción natural de colágeno y elastina, mejoran la absorción de los tratamientos posteriores y ayudan a mantener un aspecto saludable.
Una sesión de limpieza facial profunda profesional consigue oxigenar la piel y potenciar el efecto de los principios activos de los cosméticos.
El objetivo final es lograr que la piel del rostro se vea hidratada y fresca, sin irritaciones, puntos negros o tirantez. Este procedimiento no solo se usa en el cutis. Los beneficios de eliminar impurezas y oxigenar la piel se aprecian también en la frágil zona del cuello y del escote.
La rutina de belleza diaria debe incluir una limpieza facial para conseguir una piel resplandeciente y luminosa. Además, se puede completar con tratamientos más específicos, como las mascarillas.
Sin embargo, la limpieza diaria del cutis no es suficiente para mantener la piel en perfecto estado. Los productos de uso doméstico, por muy buena calidad que tengan, no eliminan completamente las células muertas y otras impurezas que obstruyen los poros.
Este es el motivo por el que cada cierto tiempo conviene efectuar una limpieza facial profunda profesional.
La frecuencia de la limpieza facial profunda depende de varios factores, como la edad, el tipo de piel y el estado de la misma. En términos generales, se recomienda seguir un tratamiento cada seis meses.